Sanidad plantea suprimir Muface por falta de sostenibilidad

Sanidad propone integrar a los mutualistas de MUFACE en la Sanidad Pública en 9 meses

El reciente anuncio del Ministerio de Sanidad sobre la posible eliminación del modelo MUFACE y la integración de más de un millón de mutualistas en el Sistema Nacional de Salud (SNS) ha generado una gran controversia.

En Fidelitis entendemos la preocupación que este cambio puede suscitar, especialmente en las personas con incapacidad permanente o enfermedades crónicas. Aquí profundizamos en las estadísticas, el contexto y las implicaciones que este cambio podría tener para estos colectivos vulnerables.

EL MODELO MUFACE EN CIFRAS

MUFACE, la Mutualidad General de Funcionarios Civiles del Estado, atiende a 1,5 millones de mutualistas, de los cuales aproximadamente el 67,3% (1,01 millones) optan por recibir atención a través de aseguradoras privadas como Asisa, Adeslas y DKV. De esta población, destaca que:

  • El 32% tiene más de 65 años, lo que representa una franja etaria con mayores necesidades sanitarias.
  • Un 42,4% tiene entre 35 y 64 años, muchos de los cuales podrían desarrollar enfermedades crónicas o complejas con el tiempo.
  • Un 25,6% pertenece a grupos más jóvenes, cuya presencia es insuficiente para compensar los elevados costes de las personas mayores en términos de sostenibilidad del modelo.

En Comunidades Autónomas como Andalucía, Castilla y León y Extremadura, la incorporación de mutualistas al SNS supondría un aumento del 2,12% en el número de usuarios atendidos, mientras que en Ceuta y Melilla este incremento llegaría al 5%.

IMPACTO EN PERSONAS CON INCAPACIDAD PERMANENTE

El grupo de mutualistas que sufre enfermedades crónicas, discapacidades o incapacidad permanente podría verse afectado de manera desproporcionada por este cambio. Las principales áreas de impacto serían:

1. Continuidad en los tratamientos

Sanidad propone un traspaso escalonado, dejando a los pacientes con tratamientos complejos como los últimos en integrarse al SNS. Sin embargo, este plan plantea varios retos:

  • Acceso a especialistas: Actualmente, los mutualistas pueden elegir especialistas en el sistema privado. En el SNS, los tiempos de espera y las limitaciones de recursos podrían generar retrasos.
  • Interrupción en terapias: Tratamientos oncológicos o de rehabilitación, vitales para muchos, podrían sufrir demoras o necesitar adaptaciones al nuevo sistema.

2. Transferencia de información médica

Un correcto traspaso de los historiales médicos es esencial para evitar duplicidades en pruebas diagnósticas y garantizar un seguimiento adecuado de los pacientes. Esto es crucial para quienes padecen enfermedades crónicas que requieren monitorización constante.

3. Acceso desigual según la Comunidad Autónoma

En el SNS, las prestaciones pueden variar significativamente entre Comunidades, lo que incluye:

  • Acceso a ayudas técnicas como sillas de ruedas o prótesis.
  • Rehabilitación: En algunas regiones, los servicios de fisioterapia o terapia ocupacional son más limitados que en el sistema privado.

RETOS FINANCIEROS Y LOGÍSTICOS

El informe del Ministerio destaca que el envejecimiento de la población mutualista y los elevados costes de los tratamientos hacen que el modelo MUFACE no sea sostenible.

Actualmente, las aseguradoras privadas demandan un incremento del 40% en la financiación, lo que llevó a que el último concierto quedara desierto.

En términos de gasto público:

  • La transición al SNS implicaría una inversión adicional del 2,12% en la Sanidad Pública. Aunque este porcentaje puede parecer bajo, representa un aumento significativo en Comunidades con sistemas de salud ya saturados.
  • Se estima que la financiación inicial necesaria sería de 1.337 millones de euros en 2025 y 1.344 millones en 2026, lo que supone un incremento del 16% respecto al concierto anterior.

PROPUESTAS PARA MITIGAR EL IMPACTO

Para proteger los derechos de los mutualistas, especialmente aquellos con incapacidad permanente, el Ministerio plantea varias medidas:

  • Incorporación progresiva: Los pacientes más vulnerables, como aquellos en fase terminal o con patologías muy complejas, se transferirían al SNS en etapas posteriores.
  • Planes de transición clínica: Se contempla la creación de protocolos para garantizar la continuidad en la atención y evitar duplicidades en pruebas o tratamientos.
  • Refuerzo del SNS en comunidades clave: La financiación destinada a las aseguradoras privadas se redirigiría a los servicios autonómicos de salud durante los primeros tres años de la transición.

EL PAPEL DE LOS PACIENTES CON INCAPACIDAD PERMANENTE

Para las personas con incapacidad permanente, esta transición podría suponer tanto oportunidades como desafíos:

  • Acceso universal: La integración al SNS garantizaría acceso a todos los recursos públicos, sin depender de las limitaciones de las aseguradoras privadas.
  • Nuevas barreras: Las diferencias regionales en la gestión sanitaria podrían generar desigualdades, especialmente en Comunidades con sistemas más saturados.

Desde Fidelitis consideramos fundamental que este proceso se realice de manera transparente, asegurando que los derechos y necesidades de las personas con discapacidad o enfermedades crónicas sean protegidos en todo momento.

El cambio en el modelo MUFACE plantea un reto significativo tanto para el sistema sanitario como para los mutualistas. Si bien podría mejorar la equidad y sostenibilidad a largo plazo, su éxito dependerá de cómo se gestionen las transiciones individuales y de si se refuerzan adecuadamente los recursos del SNS.

En Fidelitis seguiremos atentos a las novedades y ofreciendo asesoramiento legal para garantizar que las personas con incapacidad permanente puedan afrontar estos cambios con seguridad y respaldo jurídico. Si tienes dudas o necesitas ayuda, contáctanos. Estamos aquí para ti.

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