Tal y como destacó este jueves el Ministerio del Interior, según apunta Servimedia, el Real Decreto del Estado de Alarma por el Covid-19 (RD 463/2020) garantiza que las personas con discapacidad pueden salir a la calle pese a que el Gobierno ha establecido que la población debe quedarse en su casa para frenar la expansión del coronavirus.
Esto llega tras la actuación del Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (Cermi), que ha alertado acerca de las multas a personas con autismo, síndrome de Asperger, discapacidad intelectual o problemas de salud mental que salían a la calle con fines terapéuticos.
Así pues, desde el departamento que dirige Fernando Grande-Marlaska se remitió al decreto de alarma aprobado este sábado, en cuyo artículo 7, apartado 1, se establecen una serie de excepciones a la reclusión en casa:
- Adquisición de alimentos, productos farmacéuticos y de primera necesidad.
- Asistencia a centros, servicios y establecimientos sanitarios.
- Desplazamiento al lugar de trabajo para efectuar su prestación laboral, profesional o empresarial.
- Retorno al lugar de residencia habitual.
- La asistencia y cuidado a mayores, menores, dependientes, personas con discapacidad o personas especialmente vulnerables.
- Desplazamiento a entidades financieras y de seguros.
- Por causa de fuerza mayor o situación de necesidad.
- Cualquier otra actividad de análoga naturaleza.
Por lo tanto, los casos de las familias que tengan necesidad de realizar salidas terapéuticas, en beneficio de la salud de personas con discapacidad. La posibilidad de la salida queda incluida en lo contemplado en el apartado 1 del artículo 7 del Real Decreto que establece la posibilidad de utilización de la vía publica para determinadas actividades, con la previsión explícita de que dichas actividades se realicen acompañando a personas con discapacidad.
Asimismo, debemos entender que hay personas que no comprenden por qué deben estar confinadas en sus hogares o no son capaces de adaptarse al aislamiento. Ello genera situaciones de estrés que pueden desencadenar conductas perjudiciales tanto para el individuo como para sus familiares o cuidadores.
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