La apnea del sueño es un trastorno respiratorio que ocurre cuando la respiración se detiene o se vuelve muy superficial durante el sueño. Estas interrupciones en la respiración pueden durar desde unos pocos segundos hasta minutos y pueden ocurrir más de 30 veces por hora.
La apnea del sueño se clasifica en dos tipos principales:
- Apnea obstructiva del sueño (AOS): Este es el tipo más común de apnea del sueño. Se produce cuando las vías respiratorias superiores se bloquean o estrechan durante el sueño. Esto puede suceder debido a una anormalidad física, como una mandíbula pequeña o una lengua grande, o por factores como el sobrepeso o la obesidad.
- Apnea central del sueño (ACS): Este tipo de apnea del sueño es menos común. Se produce cuando el cerebro no envía las señales adecuadas a los músculos que controlan la respiración.
Este trastorno no solo afecta la calidad del sueño, sino que también tiene un impacto significativo en la salud general. Los episodios de respiración interrumpida durante el sueño privan al organismo de oxígeno, causando un sueño fragmentado e ineficaz.
Esto puede resultar en somnolencia diurna excesiva, dificultad para concentrarse, irritabilidad y un mayor riesgo de accidentes. Además, la apnea del sueño se ha relacionado con problemas cardiovasculares como hipertensión, derrame cerebral y cardiopatías, así como con trastornos metabólicos como la diabetes y la obesidad.
Según la Federación Española de Asociaciones de la Apnea del Sueño (FENAER), la prevalencia de la apnea del sueño en España en 2023 era de entre 5 y 7 millones de personas, lo que representa entre el 8 y el 11 % de la población adulta. De estas personas, entre 1,2 y 1,5 millones padecían un síndrome de apnea obstructiva del sueño (SAOS) relevante, es decir, susceptible de tratamiento. Solo entre un 5 y un 9 por ciento de estos pacientes han sido diagnosticados y tratados.
La prevalencia de la apnea del sueño aumenta con la edad y, en el caso de las mujeres, con la menopausia. Los hombres son más propensos a padecer apnea del sueño que las mujeres, con una ratio de 2 a 3.
Además, la prevalencia de la apnea del sueño ha aumentado un 45% en los últimos diez años, un incremento que se atribuye a factores como la obesidad, el sedentarismo y el tabaquismo.
Apnea obstructiva del sueño (AOS)
La AOS ocurre cuando las vías respiratorias superiores se bloquean o estrechan durante el sueño. Esto puede suceder debido a una anormalidad física, como una mandíbula pequeña o una lengua grande, o por factores como el sobrepeso o la obesidad.
Los factores de riesgo de la AOS incluyen:
- Sexo masculino.
- Edad.
- Obesidad.
- Circunferencia del cuello.
- Vías respiratorias estrechas.
- Tabique nasal desviado.
- Amígdalas muy grandes.
- Otras características faciales que provocan estrechez en las vías respiratorias.
Apnea central del sueño (ACS)
La ACS ocurre cuando el cerebro no envía las señales adecuadas a los músculos que controlan la respiración.
Los factores de riesgo de la ACS incluyen:
- Enfermedad cardíaca.
- Enfermedad pulmonar.
- Accidente cerebrovascular.
- Depresión.
- Uso de ciertos medicamentos.
- Enfermedades neuromusculares.
Otras causas
En algunos casos, la apnea del sueño puede ser causada por otras afecciones médicas, como:
- Hipotiroidismo.
- Síndrome de Down.
- Esclerosis múltiple.
- Fibrosis quística.
Los síntomas de la apnea del sueño pueden variar de una persona a otra. Sin embargo, algunos de los síntomas más comunes incluyen:
- Ronquidos fuertes. Los ronquidos fuertes son un síntoma común de la apnea obstructiva del sueño (AOS). Los ronquidos se producen cuando las vías respiratorias superiores se estrechan o bloquean durante el sueño.
- Interrupciones en la respiración durante el sueño. Las personas con apnea del sueño pueden experimentar interrupciones en su respiración durante el sueño. Estas interrupciones pueden durar desde unos pocos segundos hasta minutos.
- Sensación de ahogo al despertar. Las personas con apnea del sueño pueden despertarse con la sensación de ahogo. Esto se debe a que sus vías respiratorias se han bloqueado durante el sueño.
- Fatiga diurna. La fatiga diurna es uno de los síntomas más comunes de la apnea del sueño. Las personas con apnea del sueño pueden sentirse muy cansadas durante el día, incluso después de dormir lo suficiente.
- Cambios de humor. Las personas con apnea del sueño pueden experimentar cambios de humor, como irritabilidad, ansiedad o depresión.
- Problemas de concentración. Las personas con apnea del sueño pueden tener problemas para concentrarse. Esto puede dificultarles el trabajo, la escuela o las actividades diarias.
Otros síntomas que pueden indicar apnea del sueño incluyen:
- Dificultad para conciliar el sueño.
- Necesidad de orinar con frecuencia durante la noche.
- Dolores de cabeza por la mañana.
- Secreciones matutinas de la nariz o la boca.
- Reflujo gastroesofágico.
El tratamiento de la apnea del sueño depende del tipo de apnea que tenga la persona. Las opciones de tratamiento incluyen:
- Máscara de presión positiva continua en las vías respiratorias (CPAP): Esta es la opción de tratamiento más común para la apnea obstructiva del sueño (AOS). La máscara se coloca sobre la nariz y la boca y suministra una presión de aire constante a las vías respiratorias para ayudar a mantenerlas abiertas.
- Dispositivos de avance mandibular (DAM): Estos dispositivos se colocan en la boca y ayudan a mover la mandíbula hacia adelante, lo que puede ayudar a abrir las vías respiratorias.
- Cirugía: En algunos casos, la cirugía puede ser una opción de tratamiento para la AOS. La cirugía puede ayudar a agrandar las vías respiratorias o estrechar la garganta para evitar que se bloqueen.
Otros tratamientos que pueden ayudar a controlar la apnea del sueño incluyen:
- Perder peso: Si el paciente tiene sobrepeso u obesidad, perder peso puede ayudar a reducir los síntomas de la apnea del sueño.
- Evitar el alcohol y la nicotina: El alcohol y la nicotina pueden empeorar los síntomas de la apnea del sueño.
- Dormir de lado: Dormir de lado puede ayudar a mantener las vías respiratorias abiertas.
El tratamiento de la apnea del sueño puede ayudar a mejorar la calidad de vida de una persona. El tratamiento puede ayudar a reducir la fatiga diurna, mejorar el estado de ánimo y la concentración, y reducir el riesgo de complicaciones graves, como enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares y diabetes.
En España, es posible obtener una incapacidad permanente o un grado de discapacidad por apnea del sueño, aunque el proceso y la concesión dependen de varios factores.
Para solicitar una incapacidad permanente debido a la apnea del sueño, es necesario acreditar la gravedad de la condición mediante informes y pruebas médicas, como el Índice de Desorden Respiratorio (IDR). Este índice determina el número de episodios de apnea por hora de sueño. Dependiendo de la frecuencia de estos episodios, la Seguridad Social puede conceder un grado de invalidez. Los casos se clasifican en leve (5 a 10 episodios por hora), moderado (15 a 30 episodios por hora) o severo (más de 30 episodios por hora).
En cuanto a la incapacidad permanente total, puede ser concedida si el solicitante presenta SAHOS moderado o severo, acompañado de somnolencia diurna y resistencia al tratamiento con CPAP (presión positiva continua en la vía aérea), siempre que la persona trabaje en una profesión que implique esfuerzo, riesgo, altura, o conducción de vehículos o maquinaria.
La incapacidad permanente absoluta es menos común, pero puede ser concedida si el SAHOS es severo y se combina con otras enfermedades que causen limitaciones significativas.
El grado de discapacidad por apnea del sueño se determina según la afectación respiratoria evaluada por pruebas como la Capacidad Vital Forzada (FVC) y el FEV1. Los porcentajes de discapacidad se clasifican en clases, que van desde una afectación ligera hasta muy severa.
Cada caso es único y la concesión de estas prestaciones depende de la evaluación individual de la Seguridad Social, teniendo en cuenta la severidad de la apnea del sueño y cómo afecta a la capacidad laboral y a la calidad de vida del individuo.
Cuantos más informes médicos tengamos y más detallados sean éstos, más probabilidades tendremos de obtener la incapacidad permanente, pues los informes médicos son la prueba que tenemos para justificar nuestro cuadro médico incapacitante para el desarrollo de nuestra profesión o de toda actividad laboral. Y aquí es donde cobran especial relevancia los peritos judiciales y el informe pericial médico, que en Fidelitis también ponemos a tu disposición para garantizarte la mejor defensa legal.