Incapacidad permanente por artritis reumatoide
Incapacidad permanente por artritis reumatoide

Incapacidad permanente por artritis reumatoide

Si tienes artritis reumatoide o psoriásica, en Fidelitis podemos ayudarte a que se te reconozca una incapacidad permanente o un grado de discapacidad junto con su correspondiente pensión. Pídenos asesoramiento y te informaremos sobre la viabilidad de tu caso.
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A continuación te mostramos un índice de contenido sobre la artritis reumatoide:

DEFINICIÓN: QUÉ ES LA ARTRITIS REUMATOIDE

Definición de artritis reumatoideLa artritis reumatoide (AR) es una enfermedad inflamatoria crónica de naturaleza autoinmune que se caracteriza por la afectación de las articulaciones periféricas (manos, pies, muñecas, hombros, codos, caderas y rodillas), lo que produce dolor, rigidez, deformidad y dificultad de movimiento, así como, a menudo, otros síntomas generales inespecíficos y manifestaciones extraarticulares como cansancio, astenia, sensación de malestar, febrícula, inapetencia y pérdida de peso.

Además de dañar las articulaciones y los tejidos circundantes, cuando la enfermedad progresa también puede afectar a otros órganos, como la piel, los vasos sanguíneos, el corazón, los pulmones, el riñón, los ojos o la sangre. Por esa razón, la artritis reumatoide se considera una enfermedad sistémica.

En los trastornos autoinmunes el sistema inmunitario ataca por error los tejidos del cuerpo (en este caso, el tejido conectivo). De ahí que haya que distinguir entre artrosis y artritis. Mientras que en la artrosis existe un lento proceso de desgaste del cartílago articular, en la artritis se produce una inflamación crónica de la membrana sinovial, lo que causa dolor y dificultad para el movimiento, y que a la larga puede terminar dañando el cartílago, el hueso, los ligamentos y los tendones.

La evolución de esta enfermedad es muy variable, puesto que en algunas personas el avance de las lesiones se detiene de forma súbita y espontánea, mientras que en otras progresa a lo largo de toda su vida. Lo más habitual, no obstante, es que se dé un empeoramiento paulatino, con alternancia de brotes sintomáticos y períodos de remisión relativa, cuando la hinchazón y el dolor se disipan o desaparecen.

Con un tratamiento adecuado se puede conseguir un buen control en la mayoría de los casos, pero en ausencia de tratamiento la enfermedad puede causar, en fases avanzadas, importantes limitaciones físicas, así como un marcado deterioro de la calidad de vida del paciente.

La artritis reumatoide es la más incapacitante de las enfermedades reumáticas.

Algunas enfermedades reumáticas pueden cursar con artritis, en tanto que otras pueden afectar exclusivamente a los huesos (como, por ejemplo, la osteoporosis), o bien deberse a un proceso degenerativo, como sucede en el caso de la artrosis, la dolencia reumática más común.

La artritis reumatoide puede iniciarse a cualquier edad y afectar a cualquier persona, aunque es más frecuente en mujeres de entre 45 y 55 años.

En cuanto a su prevalencia, según el estudio EPISER de la Sociedad Española de Reumatología (SER), se calcula que en España hay más de 200.000 personas con artritis reumatoide, y cada año se diagnostican en torno a 20.000 nuevos casos.

¿Es la artritis reumatoide causa de incapacidad laboral?

Sí, la artritis reumatoide puede ser merecedora de una pensión de incapacidad permanente, aunque quien lo decida será el Tribunal Médico. Para ello no basta con recibir el diagnóstico; lo que se valorará será cómo las secuelas afectan a tu capacidad para trabajar, y si has agotado todos los tratamientos disponibles sin experimentar mejoría.

Puede obtenerse una incapacidad permanente total la profesión habitual si tu actividad laboral requiere de esfuerzo físico o si tienes que ejecutar tareas de precisión y destreza manual y presentas limitaciones anatómicas y funcionales en las manos. Y si el grado de afectación es tan severo que te incapacita para realizar actividades manuales o incluso para desplazarte, se podría obtener una incapacidad permanente absoluta. Asimismo, si tienes otros órganos afectados, será más probable que te concedan un grado de incapacidad o discapacidad superior.

Invalidez por artritis psoriásica

La artritis psoriásica es una forma de artritis que afecta a algunas personas que tienen psoriasis. En algunos casos aparece primero la artritis y las lesiones cutáneas se desarrollan después, pero más frecuentemente los sarpullidos y erupciones en la piel se manifiestan antes que el dolor articular. Al igual que sucede con la artritis reumatoide, cursa con dolor, hinchazón y dificultad de movimiento de la articulación.

El principal síntoma dérmico es la aparición de placas de piel enrojecida bien delimitadas, cubiertas de escamas blanquecinas y que, por lo general, se distribuyen de forma bilateral afectando a zonas expuestas al roce como los codos o las rodillas.

Entre un 10 y un 30% de las personas con psoriasis acaba desarrollando artritis psoriásica.

De la misma manera que ocurre con la artritis reumatoide, si las secuelas provocan limitaciones anatómicas y funcionales puede dar lugar a una pensión de invalidez o a un grado de discapacidad.

CAUSAS DE LA ARTRITIS REUMATOIDE

Causas de artritis reumatoideAún no se conocen en profundidad las causas de la artritis reumatoide, pero sí se sabe que se trata de un trastorno autoinmune y que en su origen pueden intervenir factores genéticos y ambientales como la periodontitis o alteraciones en la microbiota intestinal, así como agentes infecciosos (virus y bacterias) que pueden desencadenar la enfermedad.

Algunos factores de riesgo son:

  • Antecedentes familiares: si un familiar sufre artritis reumatoide, el riesgo de que tú también la padezcas aumenta. Sin embargo, los factores genéticos sólo son predisponentes, no determinantes.
  • Infecciones: diversos virus o bacterias podrían provocar la enfermedad o agravar su curso.
  • Exposición ambiental: como trabajos expuestos al polvo de amianto o sílice.
  • Hormonas femeninas: mientras que los estrógenos protegen contra la artritis reumatoide, durante la menopausia y el postparto, cuando se reduce la actividad de estas hormonas, ocurre todo lo contrario.
  • Tabaquismo y estrés: se ha descubierto un nexo de causalidad entre el hábito de fumar y el estrés con el riesgo de desarrollar esta patología, sobre todo en personas genéticamente predispuestas.
  • Obesidad y tipo de alimentación.

La artritis reumatoide puede causar muchas complicaciones y trastornos asociados, como la osteoporosis o nódulos reumatoides. También implica un mayor riesgo de inflamación y cicatrización de los tejidos pulmonares, lo que puede provocar una EPOC. Asimismo, cuando afecta las muñecas puede devenir en síndrome del túnel carpiano.

SÍNTOMAS DE LA ARTRITIS REUMATOIDE

Síntomas de artritis reumatoideEl síntoma inicial más frecuente es la rigidez articular matutina, especialmente en las articulaciones de manos y pies (la artritis reumatoide precoz tiende a afectar primero las articulaciones más pequeñas), que se presenta tras el reposo nocturno y dificulta notablemente el movimiento. Conforme avanza la enfermedad, los síntomas suelen extenderse a las muñecas, las rodillas, los tobillos, los codos, la cadera y los hombros.

Los síntomas más habituales son:

  • Inflamación de las articulaciones.
  • Articulaciones sensibles a la palpación, calientes e hinchadas.
  • Rigidez articular que por lo general empeora por las mañanas y después de la inactividad.
  • Deformidad progresiva de las articulaciones.
  • Reducción de la movilidad articular.

Alrededor del 40% de las personas que padecen artritis reumatoide también experimentan otros síntomas que no involucran a las articulaciones, como:

  • Fiebre persistente sin causa identificada.
  • Cansancio.
  • Dolor de cuello.
  • Hormigueos en manos o pies.
  • Dolor en el pecho o en los costados.
  • Sequedad de boca.
  • Enrojecimiento o picor en los ojos.
  • Manchas o bultos en la piel.

TRATAMIENTO DE LA ARTRITIS REUMATOIDE

Tratamientos para artritis reumatoideLa artritis reumatoide es una enfermedad crónica que no tiene cura, por lo que el tratamiento estará orientado a aliviar la intensidad de los brotes, reducir o incluso frenar la actividad inflamatoria y prevenir las secuelas de las fases avanzadas.

A la mayoría de los pacientes se les suele prescribir un tratamiento farmacológico en combinación con terapia. En los casos más graves, y de forma complementaria, se puede recurrir a la cirugía, como cuando hay que reconstruir un tejido afectado o reemplazar una articulación muy dañada por una prótesis.

El tratamiento farmacológico puede estar compuesto de los siguientes medicamentos:

  • Antiinflamatorios no esteroideos (AINE) y glucocorticoides: para aliviar el dolor y reducir la inflamación.
  • Esteroides: los corticosteroides (como la prednisona) reducen la inflamación y el dolor, y retardan el daño articular, pero hay que administrarlos con moderación, ya que entre sus efectos secundarios están el adelgazamiento de los huesos, aumento de peso y diabetes.
  • Fármacos Antirreumáticos Modificadores de la Enfermedad (FAME): pueden retrasar el avance de la artritis reumatoide y evitar que las articulaciones y otros tejidos sufran daños permanentes. Se suelen indicar durante períodos prolongados de tiempo o incluso de por vida.
  • Modificadores de la respuesta biológica: de reciente aparición, pueden atacar partes del sistema inmunitario que desencadenan una inflamación, aunque aumentan el riesgo de contraer infecciones.

La terapia ocupacional y la fisioterapia no pueden sustituir en ningún caso al tratamiento farmacológico, pero son útiles para saber convivir con el dolor y mantener flexibles las articulaciones. Realizar un ejercicio físico aeróbico moderado y adoptar unos correctos hábitos posturales es algo esencial, además de un reposo adecuado con 8-10 horas de sueño.

Algunos dispositivos ortopédicos (férulas de reposo o collarines) se pueden indicar temporalmente, hasta que la articulación afectada se desinflame y deje de resultar dolorosa. En ocasiones también se recomienda el uso de un bastón para evitar la sobrecarga de las rodillas y las caderas, o de rodilleras para subir y bajar escaleras o realizar alguna actividad deportiva.

Es importante evitar actividades que requieran de gran esfuerzo físico, que obliguen a permanecer mucho tiempo de pie o a realizar movimientos repetitivos.

Cuando el tratamiento resulta ineficaz, se suele recurrir a la cirugía ortopédica o reparadora con objeto de reducir el dolor, mejorar la movilidad de las articulaciones y dotar de una mayor autonomía al paciente. Se trata de prevenir que la inflamación acabe originando lesiones graves e irreversibles en la membrana sinovial, el cartílago articular o el hueso.

La cirugía de artritis reumatoide puede incluir alguno de los siguientes procedimientos:

  • Sinovectomía: se trata de la extirpación de una parte o de la totalidad de la membrana sinovial. Se puede realizar mediante artroscopia o a través de una intervención quirúrgica convencional, y su finalidad es eliminar el dolor y mejorar la movilidad de la articulación.
  • Artroplastia: consiste en el reemplazo de una articulación por una prótesis, sobre todo en las rodillas y en las caderas. Este procedimiento está indicado cuando la articulación está gravemente dañada.
  • Reconstrucción tendinosa: cuando hay algún tendón lesionado. Es más común en las manos, en las muñecas y en los hombros.
  • Resección ósea: se trata de la extirpación quirúrgica de un segmento de hueso. Es más habitual en el pie.
  • Fusión de la articulación (artrodesis): consiste en fusionar dos huesos para aliviar el dolor.
  • Osteotomía: recomendado en las fases avanzadas de la enfermedad, implica el corte y remodelación de uno o más huesos con el propósito de corregir una desviación esquelética.

Para un buen control de la artritis reumatoide ayuda mucho un diagnóstico temprano, lo que mejora el pronóstico y la calidad de vida de las personas afectadas. Sin embargo, conseguir esta rapidez diagnóstica no siempre es fácil debido al enorme desconocimiento que aún existe en torno a esta enfermedad, así como a la dificultad que tienen los pacientes para identificar sus síntomas como propios de la artritis reumatoide.

ÚLTIMOS AVANCES EN ARTRITIS REUMATOIDE

Las innovaciones terapéuticas de los últimos diez años, unido a los nuevos criterios diagnósticos, han permitido un abordaje más precoz de la enfermedad y estar cada vez más cerca del objetivo: que el paciente entre en remisión. En este sentido, se están dando grandes avances en el tratamiento de las artropatías inflamatorias y de las enfermedades autoinmunes.

Los FAME biológicos han supuesto un paso de gigante. Se trata de un grupo de medicamentos muy novedosos que se elaboran mediante procedimientos de ingeniería genética y que resultan muy eficaces tanto para frenar el proceso inflamatorio de la membrana sinovial como para prevenir el daño articular. Tienen la particularidad de que no se administran por vía oral, sino mediante inyecciones subcutáneas o endovenosas, y su gran ventaja radica en que no suelen generar efectos adversos graves.

En la actualidad existen tres FAME biológicos anti-TNF-α (una proteína que participa de forma muy activa en los procesos inflamatorios): el adalimubab, el etanercept y el infliximab.

La última gran novedad es un nuevo fármaco oral que induce a una inhibición selectiva de la vía de las JAK con el que se ha logrado disminuir y llevar a remisión los síntomas de la artritis reumatoide a un grupo importante de pacientes, y que asimismo ha presentado resultados positivos para el tratamiento de la espondilitis anquilosante y la artritis psoriásica.

En materia quirúrgica también se han logrado notables avances. La sinovectomía tradicional ha dado paso a la sinovectomía isotópica o radiactiva, con la que se destruye la membrana sinovial inflamada mediante la introducción de sustancias radiactivas en el interior de la articulación.

De cara al futuro, el principal reto está en poder disponer de biomarcadores que permitan indicar en qué paciente va a funcionar cada tratamiento específico en fases tempranas de la enfermedad.

ASESORAMIENTO JURÍDICO Y LEGAL

Asesoramiento jurídico sobre artritis reumatoide¿Quieres saberlo todo sobre incapacidad laboral permanente por artritis reumatoide y artritis psoriásica? En Fidelitis queremos ayudarte a resolver tus dudas en materia jurídica y legal.

¿Qué tipo de incapacidad laboral puedo conseguir si padezco artritis reumatoide?

Como cualquier enfermedad, lo que determina el tipo de incapacidad laboral es cómo afectan las secuelas a tu capacidad para trabajar.

Actualmente se han obtenido sentencias favorables de incapacidad laboral por artritis reumatoide y artritis psoriásica. Cuando el INSS ha concedido la incapacidad, la mayoría de las veces ha consistido en una incapacidad permanente total para la profesión habitual, y en algunos casos una incapacidad permanente absoluta. También es verdad que, en multitud de ocasiones, la artritis reumatoide suele venir acompañada de otras patologías que pueden agravar el estado de salud de la persona afectada, alcanzando una Gran Invalidez. Es por ello que es posible obtener la dependencia o una pensión por incapacidad laboral en cualquiera de sus grados si además de la artritis reumatoide concurren otras patologías.

Si tengo ya concedida una incapacidad laboral en grado de total o absoluta por artritis reumatoide desde hace tiempo, ¿puedo solicitar ahora una absoluta o una gran invalidez?

Si ha existido algún tipo de agravamiento de las secuelas de la artritis reumatoide o has desarrollado una nueva patología, puedes solicitar una revisión de grado por agravamiento para obtener la absoluta o la gran invalidez, de modo que tu pensión se vería incrementada sensiblemente.

¿Cuánto puedo llegar a cobrar con una incapacidad laboral por artritis reumatoide?

El importe de la pensión depende del grado de incapacidad laboral que obtengas. Si se trata de una total el cálculo se realiza sobre las bases de cotización de los últimos 8 años y, por ejemplo, si tu salario bruto ha sido de 1.500 euros al mes de media, entonces cobrarás una pensión del 55% de los 1.500 euros; es decir, 825 euros brutos, y del 75%, es decir, 1.125 euros brutos, a partir de los 55 años si no estás trabajando en otro empleo que sea compatible con la pensión.

Si se trata de una absoluta el cálculo se realiza igual que en el caso anterior, así que con el mismo ejemplo de salario entonces cobrarás una pensión de 1.500 euros netos ya que no está sujeta a retención.

En el caso de obtener una gran invalidez, además del importe de la absoluta, cobrarás un complemento de mínimo el 45% y hasta un 90% aproximadamente. Es decir, si nos fijamos en el ejemplo anterior, una persona que haya estado cotizando de forma estable en base a 1.500 euros puede llegar a cobrar una pensión de mínimo 2.175 euros y hasta aproximadamente 2.850 euros.

Además, si una persona ha estado cotizando las bases máximas de cotización, las pensiones por gran invalidez pueden superar incluso los 4.500 euros, ya que, aunque la pensión máxima para 2024 es de 3.181,60 euros netos, el complemento de gran invalidez se calcula sobre la base de cotización, así que podemos obtener pensiones de un altísimo valor económico para una gran invalidez y, por supuesto, tampoco están sujetas a retenciones.

¿Qué grado de discapacidad me corresponde si sufro artritis reumatoide?

En el caso del grado de discapacidad, lo que se mide es cómo te afectan las secuelas de la enfermedad a todos los aspectos de tu vida diaria, desde que te levantas hasta que te acuestas, incluidas tus relaciones laborales, sociales, familiares, etc.

En este caso dependerá del grado de avance de la enfermedad y de sus secuelas, pero lo normal es que con un grado de afectación moderada se pueda obtener el mínimo del 33%, y en los casos más graves, cuando además de la artritis reumatoide concurren otras patologías, se supere el 65%.

Nuestros abogados especialistas en discapacidad te asesorarán sobre cualquier duda legal que te pueda surgir.

Teniendo artritis reumatoide, ¿puedo obtener la dependencia y en qué grado?

La dependencia mide cómo afectan las secuelas de la enfermedad a la realización de los actos básicos de tu vida diaria: higiene, alimentación, desplazamiento, etc., así que, en los casos avanzados de la patología, cuando ataca a varios órganos o gravemente a alguno de ellos, se puede obtener cualquiera de los 3 grados de dependencia; esto es, dependencia moderada, severa o gran dependencia.

¿Estoy obligado a informar a mi empresa de que he solicitado la incapacidad laboral a causa de la artritis reumatoide? ¿Se pueden enterar?

No, la empresa no se va a enterar de que estás tramitando la incapacidad laboral, excepto que tú mismo se lo digas y, por supuesto, no estás obligado a informar de que la estás solicitando. Es una información absolutamente confidencial.

¿Puedo solicitar la incapacidad laboral por artritis reumatoide si estoy trabajando o tengo que esperar a estar de baja y agotar los 18 meses?

No es obligatorio esperar a agotar los plazos de la baja médica para solicitar la incapacidad laboral; es más, es preferible no esperar a agotarlos, ya que, de esta manera, si la solicitud la haces tú sin esperar a que la inspección intervenga, serás tú mismo quien tenga el control de tu expediente sabiendo en cada momento qué documentos quieres presentar en la solicitud, etc.

Lo que sí es siempre recomendable es que estés muy bien informado de los pasos a seguir y qué documentos te favorecen y cuáles no y, a ser posible, que te pongas en manos de abogados especialistas en incapacidades laborales.

Si estoy jubilado por coeficientes reductores, ¿puedo solicitar la incapacidad laboral por artritis reumatoide?

Sí. Si aún no has cumplido los 65 años, puedes solicitarla, y además están en la obligación de dártela y, por lo tanto, lo normal es que obtengas una pensión superior a la que estás cobrando actualmente.

En el caso de haber superado los 65 años de edad se podría intentar, pero el caso se complica y habrá que acudir con absoluta seguridad a los tribunales de justicia siempre que podamos demostrar que el hecho causante es anterior a la edad legal de jubilación.

Gracias a una reciente sentencia ganada por Fidelitis en el Tribunal Constitucional se ha conseguido garantizar este derecho, de tal manera que aunque estés jubilado por coeficientes reductores, si no has alcanzado la edad legal de jubilación, puedes solicitar una incapacidad permanente.

Es preciso señalar que tanto la Seguridad Social como los Juzgados de primera instancia del TSJ y del Tribunal Supremo querían cercenar este derecho, pero nuestra lucha y nuestro compromiso en lo que creemos hizo que llegáramos hasta el Tribunal Constitucional, momento en el que nos dieron la razón.

Aquí tienes más información sobre jubilación anticipada por enfermedad crónica.

¿Están obligados a adaptar mi puesto de trabajo si tengo artritis reumatoide y lo comunico en mi empresa?

El Real Decreto de marzo de 2019 trata sobre la adaptación del puesto de trabajo e insta a hacer un esfuerzo para que las personas que sufren una determinada enfermedad (en este caso, artritis reumatoide o artritis psoriásica) traten de obtener mejoras en sus puestos de trabajo en términos de flexibilidad horaria, teletrabajo, adquisición de herramientas tecnológicas, mayor luminosidad, etc., pero la realidad es que se trata de un traje a medida para cada trabajador y empresa.

En estas circunstancias se abre un espacio de negociación con el empresario que debe demostrar que ha realizado sus máximos esfuerzos para realizar dicha adaptación, pero no significa que para ello deba hipotecar, por ejemplo, su viabilidad financiera.

Por este motivo, lo mejor es hacer un análisis pormenorizado de las necesidades y de las posibilidades de la empresa para tratar de llegar al mejor escenario posible para el empleado acorde con las posibilidades de la empresa.

Si padezco artritis reumatoide, ¿puedo compatibilizar una pensión por incapacidad laboral con un trabajo?

La Ley General de la Seguridad Social dice exactamente que puedes hacerlo siempre y cuando tu nuevo trabajo esté especialmente adaptado a las secuelas de tu enfermedad.

Si tienes una total no hay problema. Lo único que no puedes hacer es desarrollar las mismas tareas que hacías en el trabajo que desarrollabas cuando te dieron la incapacidad laboral.

Pero en el caso de la absoluta o la gran invalidez, la experiencia nos dice que puedes hacerlo únicamente en centros especiales de empleo que, efectivamente, cumplan con estos requisitos y, además, realizando obviamente los trámites adecuados ante la Administración para compatibilizar pensión por incapacidad laboral y nuevo empleo.

¿Qué pasa si soy discriminado por tener artritis reumatoide? ¿Puedo denunciarlo?, ¿cómo debería hacerlo?

Claro que puedes denunciarlo. Además, debes hacerlo para tratar de que no les suceda a otros en el futuro. Dependiendo del tipo de discriminación a la que hayas sido sometido, el procedimiento y el organismo es diferente, desde Instituciones Públicas como Ayuntamientos, Comunidades Autónomas, etc., pasando obviamente por llevar al infractor ante los tribunales de justicia.

¿Qué hago si me están acosando en el trabajo para que me vaya al haberse enterado de que tengo artritis reumatoide?

El acoso laboral es otro tipo de discriminación que, además, dependiendo del grado, puede incluso estar tipificada como delito penal.

Lo primero que debes hacer es documentar el acoso con todo el material del que dispongas (emails, grabaciones, testimonios, etc.) para, a continuación, ponerlo en manos de un abogado especialista en acoso laboral que te ayude a poner fin al hostigamiento y te proteja dentro de tu entorno laboral.

ASOCIACIONES CON LAS QUE COLABORAMOS

En Fidelitis colaboramos y prestamos cobertura jurídica a las principales asociaciones españolas de artritis reumatoide y psoriásica:

  • Asociación Madrileña de Personas con Artritis Reumatoide - AMAPAR
  • Asociación Valenciana de Afectados de Artritis - AVAAR

Si necesitas ayuda o quieres que intercedamos por ti, contacta con nosotros en consultas@fidelitis.es facilitándonos tus datos personales y tu localidad.

¿Quieres saber más sobre otras enfermedades que pueden causar incapacidad laboral permanente o discapacidad?